Romario hizo historia antes de dar plantón al Barça

Tras ganar el Mundial-94 se autorregaló 23 días de vacaciones y al volver ya nada fue igual

Con Arthur Melo de último ejemplo, la historia de los futbolistas brasileños en el Barça ha dado para todo. Hubo maestros duraderos como Evaristo, goleadores inadaptados como Roberto Dinamita y cracks universales que cayeron en mala época como Rivaldo. Por haber, hubo hasta un jugador que sólo vino a casarse (Cleo) y otro al que se llegó a presentar sarcásticamente como chofer (Silva). Hay una tercera vía y la encarnan los genios que tuvieron una salida tormentosa del Camp Nou.

El último fue Neymar, pero antes de él Ronaldo y Romario. Los dos últimos, probablemente, sean los jugadores que más huella futbolística han dejado en el club en menos tiempo. Romario llegó al Barça en verano de 1993 procedente del PSV prometiendo 30 goles para su primera Liga y los hizo, la mayor parte de ellos auténticas obras de arte. El que hizo 30 sirvió para darle el título. Llegó el Mundial de Estados Unidos y Brasil lo ganó, 24 años después del último, con Romario de referente. Fue el 17 de julio.

El éxito patrio lo cambió todo. El 1 de agosto, Romario estaba citado para empezar su segunda temporada en el Barça, pero cinco días antes ‘O Baixinho’ ya avisó: “Necesito más vacaciones”. 1 de agosto, 2, 3… y Romario no llegaba. En el Barça mandaba Johan Cruyff y sus mensajes en ausencia del goleador rebelde lo confirmaban. “Falta el respeto a sus compañeros”, “se le aplicará el régimen interno”… En un plantel con ilustres del nivel de Koeman, Stoichkov o Bakero, el plantón de Romario era todo un desafío a la estabilidad del vestuario. Al final, Romario aterrizó en Barcelona el 23 de agosto. “Pido perdón y espero cumplir mi contrato”, dijo al poner un pie en El Prat acompañado de un séquito formado por diez acompañantes.

El artista del gol sacó la versión más condescendiente de Cruyff. Unas cuantas mañanas corriendo por la montaña con el preparador físico culé Ángel Vilda, convenientemente televisadas, bastaron para que Romario se reintegrara al grupo como si nada. El 31 ya entrenaba como uno más. Romario incluso fue titular en el debut en la Liga en Gijón. El Barça perdió 2-1, pista de que el idilio se había acabado. Tres días después del famoso 5-0 en Madrid, el 10 de enero de 1995, Romario fue traspasado al Flamengo. Un cuarto de siglo después nadie, ni siquiera él, ha conseguido explicar aún cómo aguantó cinco años en Eindhoven y sólo uno en Barcelona.

TOMADO: https://www.mundodeportivo.com/



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