La batalla legal que se avecina entre Messi y el Barça
Barça y Messi han armado su guión a partir de sus interpretaciones opuestas de la ‘cláusula del 10-J’
Pese a que una y otra parte se citan en la mesa de diálogo, los hechos apuntan a un litigio legal
Espadas en alto entre Messi y la junta directiva del FC Barcelona | sport
El barcelonismo vive estupefacto el pulso Messi – Bartomeu que está dañando la grandeza del Barça y la leyenda de Leo. El FC Barcelona y Leo Messi parecen abocados al peor escenario posible, por desagradable y por imprevisible. Mientras el barcelonismo contempla con sorpresa cómo el final del ciclo de su ‘D10S’ se puede convertir en un esperpento, las partes se empeñan en olvidar aquella máxima sagrada de que “siempre es mejor un mal acuerdo que un buen juicio”. 31/08/2020
Las argumentaciones, desde Castelldefels y desde Arístides Maillol, incluyen el ofrecimiento de una cumbre. Pero los hechos, hasta el momento, son que el argentino no se personó el domingo ni lo hará este lunes en la Ciudad Deportiva, para reforzar su estrategia de salida.
Y desde el club explican que “todavía” no van a tomar medidas disciplinarias por su ausencia a las pruebas PCR; y en ese “todavía” va implícito que lo consideran su capitán, al menos hasta el 30 de junio de 2021.
A la espera de que aterrice Jorge Messi en Barcelona, el padre y representante de Leo y que sería quien se reuniría con el presidente Josep Maria Bartomeu, unos y otros están desgranando sus guiones, paso a paso. Unas estrategias que, en el mejor de los casos, desembocarían en ese mal acuerdo; pero que por el momento apuntan a un litigio en toda regla.
LA ESTRATEGIA DE MESSI
- Considera que la cláusula liberatoria seguía vigente en el momento de enviar el burofax (25 de agosto)
- Ya no se considera jugador del Barça ni cree que tenga que pagar la cláusula de rescisión de 700 millones
- El domingo 30 de agosto no se presentó a las pruebas PCR y el lunes 31 tampoco acudirá al primer entrenamiento de la era Koeman
- Sigue pidiendo al Barça una reunión para pactar su salida de una manera amistosa
- Está esperando cerrar un acuerdo con algún gran club europeo: el Manchester City, su favorito
- Pedirá el transfer provisional a la FIFA para fichar por otro club y empezar a jugar
SE SIENTE FUERA
Leo Messi no quiere seguir un año más en el Camp Nou y, menos aún, prorrogar su contrato. Considera que, por las circunstancias de la pandemia del coronavirus, la cláusula liberatoria seguía vigente el 25 de agosto, cuando envió el burofax.
Ya no se considera jugador del Barça, ni obligado a pagar los 700 millones de la cláusula. ‘Onda Cero’ dio a conocer un punto del contrato al que se aferraría el rosarino:
“Esta indemnización no aplicará cuando la resolución del contrato por la decisión unilateral del jugador tenga efecto a partir de la finalización de la temporada 2019-20”.
Desde el club defienden que este punto solo tenía sentido hasta el 10 de junio pasado, ajustándose a la literalidad de la cláusula unilateral y no aceptando esa interpretación del ‘espíritu’ de la cláusula.
Messi sigue pidiendo una salida para pactar una salida amistosa y poder cerrar un acuerdo con algún gran club, con el Manchester City de Pep Guardiola como primero de la lista; y su siguiente paso sería pedir el transfer provisional a la FIFA.
LA ESTRATEGIA DEL BARÇA
- La cláusula liberatoria unilateral caducó el 10 de junio, como especifica el contrato
- Tiene contrato en vigor hasta el 30 de junio de 2021 y una cláusula de rescisión de 700 millones
- Bartomeu se niega a venderle y solo se reunirá con él para negociar una renovación que ya estaba avanzada
- El Barça dejará de pagarle la parte proporcional de su salario los días que no vaya a trabajar (entrenar)
- El día 5 de octubre se cierra el mercado: si no ha traído los 700 millones de la cláusula jugará con el Barça o se pasará un año en blanco
- Si se va a otro club, el Barça presentará una demanda por incumplimiento de contrato y el juez decidirá indemnización
NO ES TRANSFERIBLE
Unos argumentos que colisionan con los de Bartomeu, que defiende que desde el 11 de junio solo queda hablar de una ampliación del contrato que expira el 30 de junio de 2021.
No se negocia con otros clubes que, en todo caso, deberían depositar el importe de la cláusula de rescisión de 700 millones y recuerdan que la fecha tope es el 5 de octubre. Una vez se cierre el mercado, Messi deberá escoger entre volver a defender la camiseta blaugrana o estar un año en blanco.
En el caso de que hubiera conseguido un transfer provisional de la FIFA -La Liga española ya anunció ayer que no se lo concederá- para jugar en otro club, el Barça iría al tribunal laboral denunciando un incumplimiento de contrato y exigiendo una indemnización.
Unas acciones que irían asociadas a las medidas disciplinarias que se le aplicarían por su incomparecencia en los entrenamientos.
Sin duda, un panorama tétrico, dañino para la grandeza del club y la leyenda del futbolista, y que, de no producirse un giro muy significativo, hace presagiar una temporada explosiva en can Barça.
Prudencia entre los clubes candidatos
De manera paralela al pulso Barça-Messi se suceden las noticias que ligan a Leo al Manchester City, el PSG o la Juventus. Los candidatos se muestran prudentes hasta que no se aclare definitivamente si la cláusula liberatoria se considera en vigor, como defiende el futbolista.
Son conscientes de que corren el riesgo de vulnerar las normativas y ser sancionados si el contrato del argentino se considera en vigor hasta el 30 de junio de 2021.
En ese caso, no se podría negociar con él hasta el 1 de enero de ese año, a riesgo de ser sancionado. Y si el Barça denuncia a Leo por incumplimiento de contrato en los tribunales laborales, sería un juez el que decidiría qué parte tiene la razón; y si se la da al club, establecería qué cantidad debe recibir como compensación.
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